Cap 34° "Mi única salvación"

"Déjalo ser"

—Tú tú sabes que me gustas mucho, bueno recién. Nunca me atreví a decirte lo que sentía porque Justin siempre se metía al medio de nosotros, y ahora que él no está podemos intentar algo. Mira, yo te quiero y tú, tú no sé pero yo estoy dispuesto a estar contigo pase lo que pase—se reveló el más descarado

—Cole, ¿te volviste loco?—reí demasiado—Te recuerdo que Justin es tu amigo, un buen amigo. Y tú sabes muy bien lo que siento por él.

—Lo sé y no importa—dice.

—¿Estás ebrio? Deja de decir eso Cole, no es gracioso.

—No me rindo fácil Clarissa.

—¡Cole!—digo desesperada, no intento herir sus sentimientos—Tú y yo no seremos más que amigos, por tu culpa, ahora sé que los mejores amigos no existen. Gracias.

—No es cierto lo que dices—responde, que necio.

—Cole ya basta, hablemos de otra cosa—se me prendió el foco—. ¡Te presento a una amiga!

Claro, Luana era perfecta. Tenía mucho de mí que espero que a Cole le guste. Así que llamé a Luana para que venga, por suerte no estaba ocupada. Pero, si venía ella venía su hermano. No me hice problemas, Matías era buena gente y divertido.

—¿Quién viene?—pregunta Cole

—Luana, la de la casa del lado de la casa de bosque de Justin y Matías, su hermano.

—¿Los ves seguido?

—A veces, ya que me quedé sin amigos—digo apropósito y le tiro una almohada—. Llegan en media hora.

Pasaron los treinta minutos más largos de mi vida ya que Cole no me hablaba mucho y yo tenía que preguntar todo. En fin, Luana y Matías llegaron rápido. Yo le había explicado la situación a Luana y ella aceptó sin problemas. Ella se fue a hablar con Cole a la sala mientras que Matías y yo nos fuimos a la parte de la piscina.

—Siempre te traes un nuevo chico, ¿no?—me dijo Matías.

—No, idiota—respondí

—Felizmente, porque Renato se pondría muy triste.

Solté una pequeña risa—Ya cállate.

—Creo que mi hermana y tu amiguito se llevan bien.

—¿Tú crees?

—Sí, míralos.¿Esperabas que ellos dos se junten?—me preguntó.

—Obvio, tienen mucho en común.

—Ya era hora que mi hermana esté con alguien—dice orgulloso.

—¿No te dan celos de hermano? Ya sabes, esos hermanos sobre protectores.

—No, para nada es que casi siempre pasamos el día juntos porque nunca esta ocupada.

Lo miré bien—¿Qué? ¿Y tú nunca estás libre?

Él sonrió—No es eso.

En eso empezó a sonar mi celular. Era Justin, con gusto pensé contestar. Pero por respeto a Matías lo puse en altavoz.

—Hola linda—dijo Justin.

—Hola Justin, ¿llegaste bien?—le dije.

—Sí. Ya estoy en el hotel y todo, ¿qué tal tú?

—En mi casa con Matías, Luana y Cole—respondí.

—¿Quién es Matías?—preguntó un poco rápido.

—¡Soy yo!—dijo Matías y me sonrió

Yo solo reí—Es un amigo que vive cerca de mi casa.

—Ah ja, solo un amigo—repitió Matías.

—Matías, cuida a Clarissa—ordenó Justin.

—bvio que sí—le dijo

—Bueno me tengo que ir. Clarissa, mañana te llamo. Adiós, te quiero.

—Está bien, chau—contesté—. Yo igual.

Después de colgar, Matías me había mirado raro. Sonreía pero no era una sonrisa coqueta, más bien divertida.

—¿Dónde está Justin Bieber?

—Ahora está en Nueva York, luego no sé a donde irá—contesté.

—Ah, ¿sigues estando en algo con él?

—Odio que preguntes tantas cosas—le dije

—Hago preguntas para conocerte tonta.

—Tú eres el tonto—lo empujé.

—No, tú—me cargo como a una bebé y me tiró a la piscina.

—¡Matías!—grité desde la piscina.

—¿Qué?—hizo como si nada hubiera pasado.

—¿Puedes venir?

—¿Qué pasa? ¿Me vas a tirar?

—Sabes que no soy capaz, acércate—reí mientras me fui al extremo de la piscina pero aún seguía ahí.

—Como quieras—se acercó a mí y a lo que quedamos a diez centímetros.

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Que perra Clarissa!! ok no. jaja.