Cap 35° "No te das cuenta"

"A veces la mejor manera de estar cerca de la persona que quieres es ser solo su amigo."

—¿Qué pasa? ¿Me vas a tirar?

—Sabes que no soy capaz, acércate—reí mientras me fui al extremo de la piscina pero aún seguía ahí.

—Como quieras—se acercó a mí y a lo que quedamos a diez centímetros.

—Creo que tienes una mancha pero no logro ver bien—, si te acercas más te la quito.

—¿En serio?—él sonrió y se acercó un poco más.

Al instante me hice para un costado y también se cayó a la piscina. Ni loca loca iba a dejar que me bese.

—¡Clarissa!—gritó ya en la piscina.

—¿Qué pasa Matías?—hice como si no hubiera pasado nada.

—Muy graciosa.

—Esto se llama venganza y te pasa por pendejo—dije entre risas.

—Venganza—dijo remedándome—, yo quiero venganza ahora así que cuídate.

—Claro—le dije de manera sarcástica.

—No me creas—sonrió.

—Bueno, me voy a poner ropa seca—dije y con eso me salí de la piscina.

—¿Y yo que voy a hacer mojado—preguntó Matías.

—No sé, sécate con el sol.

—¿El sol? ¿qué sol?-reclamó

—Te traigo la secadora de cabello—sugerí.

—Mejor—responde.

Fui a mi cuarto, y me puse esto:

Algo fresco y nada apretado ya que, en fin, estaba en mi casa.

Antes de bajar, pasé por el baño de mis papás y saqué la secadora que Michele siempre la utilizaba. Cuando pasé por su cama encontré algo extraño, era una revista de vestidos de novia. La abrí y me encontré con la sorpresa que alguien había escrito con lapicero en la revista, por ejemplo: "Perfecto!", o tal vez: "Me encanta el encaje", o si no había encerrado en un círculo algo del vestido.

La cerré porque ya no quería ver más y bajé. Tuve que pasar por donde estan Cole y Luana que estaban muy entretenidos en su conversación para notar mi presencia.

Para mi mala suerte al entregarle la secadora a Matías nos dimos cuenta que no había ningún enchufe libre en la sala, todos estaban necesitados de batería de celular. Así que tuve que ir a mi cuarto con él para que se seque ahí.

Recordé que mi cuarto estaba desordenado así que tuve que hacer esperar un rato mientras que ordenaba todo.

—Bonito cuarto—dijo Matías al entrar—, un poco de rosado pero esta bien.

—Me gusta el rosado, ¿problema?

—¿Qué tenías que esconder? Tu diario—dijo sin responderme.

Solté una pequeña risa—Sí claro, donde escondo mis más profundos secretos sobre Justin—dije de manera sarcástica—. Ahora vente un poco más cerca para que alcance la secadora.

—Está bien—dijo mientras se movió.

Prendí la secadora y todo el ruido comenzó a sonar.

—Y...te...co...mbra—escuché de entrecortado de la boca de Matías.

—¡¿Qué?!—grité, no se escuchaba nada.

Me miro y apagó la secadora—Que si ya te acostubraste a vivir aquí.

—Ah, sí—respondí.

—¿Me puedes dar algo para que me distraiga?

—Ugh, qué niño—dije en broma y le di mi celular.

Él sonrió.

—Pero no hagas nada, solo juegos.

—como crees que yo—se hizo el indignado.

—Ya, sí—reí y prendí la secadora.

Al terminar, bajamos. No pensaba quedarme todo el tiempo ahí con Matías. Pero, al bajar y ver la vista en la sala algo nos sorprendió. No algo, alguien. Luana y Cole se estaban besando.

—Matías, creo que es hora de que te vayas—grité como para que me escuchen.

—Sí Clarissa—me siguió la corriente, ya es un poco tarde.

—Creo que sí—dijo Cole al separarse de Luana.

—Vamos hermana, se está haciendo tarde—insistió Matías.

—Los acompaño a la puerta—dije.

—No es necesario Clari, nos vemos luego—Matías me dio un beso en la mejilla.

Cuando me aseguré que se fueran, corrí y me senté al costado de Cole. Lo miré con una sonrisa de oreja a oreja, él me evitaba pero no me iba a quedar así.

—Cuéntame todo.  ¿Cómo así, por qué? ¿Qué te gusta de ella? Todo, Cole, todo—dije muy rápido.

—Nada de nada. No hay nada que decir—dijo.

—¿Ah?

—Luana es buena gente pero no es mi tipo.

—Y...la besaste—dije, que pendejo.

—Ella también se siente sola como yo y solo pasó. Sólo somos amigos, me cae bien—me dijo.

—Que pendejo eres Cole—le dije—, nunca entenderé la mente de los hombres. 

—¿Qué no es fácil de entender?—dijo—Clarissa, me siento solo por tu culpa.¿No te das cuenta? ¡Tú no me haces caso!  

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