Cap 32° "Una chica menos solitaria"

—No, no te vayas—dije seria—. Yo me voy.

—Si eso quieres, solo no te caigas—me dice.

Lo ignoré por completo, me paré y me dirigí a la puerta con cuidado para no caerme como él había dicho. Al abrir la puerta todo estaba tan raro. Habían unas vigas enormes y estaba un poco oscuro. Se escuchaban personas gritando a lo lejos y yo solo estaba desorientada.

—¡Clarissa!—gritó Bob—Ven conmigo.

—¿Dónde estamos?

—Ven, y te explico.

Él me llevó a la misma habitación de antes solo que prendió las luces. Justin ya se había ido. Ya con luz, se podía ver un televisor grande plasma. Bob encendió la televisión y estaba en un canal de música, pasaban un concierto. Era un concierto de Justin.

—Lo están pasando en vivo—me dice, lo pude notar, él estaba con la misma ropa.

—¿Qué? ¿Y por qué no me avisó?

Él soltó otra risa, no me agradaba su risa—Justin quiere que tu subas con él al escenario, te cantará una canción. ¡Sorpresa!—dijo irónico.

—No, no. Está loco si piensa que voy a hacerlo.

—No hay opción Clarissa. Ya está hecho, es por la apertura de la gira.

No podía creerlo. Yo en un escenario. Quería pero a la vez no. Tenía pánico de hacer algo mal y que todo el público se burle. Bob me había dicho que solo me iba a quedar sentada y Justin iba a hacer lo suyo. Eso también me daba miedo, lo que él haga. La consecuencia de eso van a hacer seis meses de sufrimiento. Solo quiero parar el tiempo y que nunca más avance.

Lamentablemente, el tiempo avanzó y pasé a la puerta donde daba el escenario. Una gran cantidad de flashes me cegaron por unos cuantos segundos, luego me acostumbre. Los gritos eran frustrante. Las chicas gritaban como si se les acabara el mundo por ver a Justin y yo lo veía todo los días.

Entre a la mitad de la canción, la conocía, era One Less Lonely Girl. El escenario era pequeño pero podía escuchar la voz de Justin por todo el coliseo. Al medio había un asiento, me senté ahí y sonreí a las fanáticas de la primera fila. De pronto, ahí estaba, caminando hacía mí por mi derecha.  Al decir el mismo nombre de la canción me miraba y no apartaba su vista de mis ojos. 

En una estrofa, la última, me abrazó y susurró que me quiere muchísimo y que por favor ahora si quería una cita de verdad. Se alejó de mí y sacó de su bolsillo un collar con un pequeño dije en forma de C, de Clarissa, supongo. Se puso detrás mío y lo abrochó a mi cuello, las fanáticas gritaron más y más. Opté por solo decirle a Justin un gracias mientras que se iba a terminar la canción.

Al terminar la canción se apagaron las luces y, supongo que Justin, me jaló hasta el pasadizo que había estado antes. Yo lo abracé fuertísimo, la adrenalina que corría por mis venas era impresionante. Así que, sin pensarlo, lo besé. Él me recibió el beso y agarró con sus manos mi mentón para que no me separe de él, ni siquiera pensaba hacerlo. Era como si los dos nos necesitáramos aunque sabía que mi acción iba a pagar cuenta después. 

Finalmente él se separó y susurró—Tengo que seguir.

—Lo sé, gracias—le dije.

—¿Después de eso vamos a comer helado?

Yo sonreí—Me encantaría. 

Esta vez podía ver a donde íbamos, a la heladería que está cerca a mi casa, la de siempre. Pedí un helado de lúcuma y Justin también. Estábamos los dos solos, sin ninguna sorpresa más. No quería pensar en su gira en ese momento.

—¿Te gustó mi sorpresa?—pregunta—A mi me encantó tu agradecimiento.

—Sí, el collar me encanta. No sé porque me lo haces tan difícil.

—Es difícil para mí también. Una parte de mí quiere que estés conmigo, quiero pertenecerte pero se que no es lo mejor.

—Las relaciones a larga distancia nunca funcionan, Justin—le digo.

—Antes, no funcionaban. Ahora, sí. Existe el Internet, llamadas, mensajes, va a ser normal.

—No quiero estar prendida a una lap top o a mi celular. No me gusta.

Él se sentó a mi costado—Hagámosla fácil—se puso a centímetros mío—, yo se que tú me necesitas como yo a ti. Pero, si tienes la fuerza de rechazarme ahora te dejaré seguir.

Estaba loco. ¿Cómo decirle que no después de el beso en el backstage? Empecé a acercarme, en verdad lo necesitaba.