31 de marzo de 2012

Cap 45° "Te extrañé tanto"

"Tú"
Cuando llegamos, la puerta estaba abierta. Cuando entramos me dieron una gran sorpresa. Pero, no la entendía mucho.

Estaban todos en la sala, y me refiero a Luana, Renato, Nicolás y to cada uno. Luana llevaba una pandereta y un micrófono, Renato la batería que supongo que es la de que me habló, Nicolás un bajo, y Matías llevaba una guitarra y un micrófono.

Solté unas pequeñas risas, se los veía graciosos con cada instrumento—¿Qué están haciendo?—dije en voz alta.
—Sólo escucha—me respondió Matías.

Renato empezó tocando la batería y los demás los siguieron. Parecía una banda de garaje en sí, solo que en una sala. La melodía la conocía. You Belong with me de Taylor Swift. Solo que Matías era la voz principal y por lo tanto era una versión varonil de la canción.
Fin de su narración.

Narra Matías:
Todo el tema de la canción la preparé para que Clarissa se de cuenta que soy mejor que Justin Bieber. Quizas no mejor que él cantando o componiendo, pero con el mejor corazón. 

Al terminarla canción, mi garganta me dolía peri valía la grandiosa sonrisa de Clarissa.

—Sigo sin entender nada—dijo riendo
—¿En serio? Esta canción la modifiqué y canté para ti, ellos me ayudaron.
—¿Para mí?—ella reflexionó, pero no la veía sorprendida.

Volteé a ver a Renato, en si expresión decía que quería asecinarla. Mientras que Clarissa se iba acercando hacia mí.

—Quieres que sea la vocalista, dame tu micrófono. ¡Empecemos!

A los chicos no les quedó de otra que seguir. Me habían dicho que ella cantaba bien pero era todo lo contrario. No llegaba a las notas altas pero si a las regulares.

—¿Tú crees que a Justin guste?-me preguntó.
—No—susurró Renato y se rio.
—¿Qué tiene que ver Justin aquí?—dije un poco fastidiado.
—Si, que si le gustaría que yo cante con ustedes.

Me quedé callado, había quedado con Justin que no sería una competencia pero me sentía en una.

—Te seré sincero—dijo Renato al ver que no respondía—, con un poco de práctica tu voz mejorará.

•••

Pasaron tres semanas desde el día que se formó la banda, si así se puede llamar. Nos gustaba tocar juntos, entretenía. Y de vez en cuando estaba Nicole o Rebecca para escucharnos.

La voz de Clarissa con el tiempo mejora, parece que tiene un talento muy en lo profundo bien guardado. Desde ese día no he podido explicarle lo que en verdad quería decir.
Fin de su narración.

Narra Clarissa:
Exactamente un día para que Justin regrese a Atlanta. La barriga se me revuelve cuando me pongo a pensar en eso. Lo he visto en fotos y lo vo cambiado, me atrae más. Lo único que espero es que no haya cambiado en personalidad.

Quién lo diría, treinta y uno de diciembre,  sola en mi casa viendo películas como una solterona. Sí, sola en mi casa porque Nicole regresó con Ryan (después de todas las estupideces que le dijo, no la entiendo).

Una llamada de Matías interrumpió la pelea de los protagonistas de la película que estaban viendo, de inmediato puse pausa.
—Hola—digo amable, mi etapa de evasión ya me pasó desde lo de la banda.
—Clarissa, tengo que decirte algo, no sé si sonará mal o bien—me dice nervioso.
—Puedes decirme cualquier cosa, nosotros somos...
—Me gustas—me interrumpe.

Al escuchar esas dos palabras mi garganta se seca y tengo que pasar varias veces saliva. Luego de unos segundos, recupero la seguridad. Nunca me lo esperé de Matías. Ya, que va a ser. Lo sospechaba un poco.

—No, te estas equivocando—dije entre risas—. Es porque nos vemos muy seguido, el colegio, la banda, vas a mi casa...
—Clarissa, he intentado que no pero esos ojos con los que me miras no ayudan.
Cerré mis ojos y los apreté—A mi me gusta Justin, Matías. Y va a volver mañana, si lo hubieras dicho hace dos meses lo hubiera considerado.

Él se quedó callado por un momento.

—Lo sé. Y yo lo único que quiero hacerte es feliz, no importa como—dijo esta vez seguro.
No pude evitar sonrojarme—Tienes un muy buen corazón Matías.
—Solo quiero que hoy salgas conmigo.
—No podría, sería incómodo y no creo que a Justin le guste.
—Justin no es tu novio Clarissa—me dijo. Ugh, cierto pero duele.
—Y tú no tienes porqué insistir tanto.
—Cuando se trata de esto, no acepto un no.
—Ugh, chau Matías. Llamame cuando no estés arrogante.

Puse reproducir de nuevo en la película que estaba viendo. Terminó en que la pareja se arregló y se dieron un gran beso. Típico.

Ya iba empezando mi tercera película, es temprano, las doce del día. Cuando escucho unos golpes en la puerta. Bajo, obvio que es Nicole, la monga cuando sale con Ryan se olvida de todo.

Al abrir la puerta me doy con la sorpresa que no era ella. Sonó una linda melodía, que hace algún tiempo me hizo llorar. You are beautiful de Jason Marz. Fue cosa de veinte segundos y paró de tocar la guitarra.

—Hola—dice nervioso.
—¿Qué haces aquí?
—Ya acepté que por ahora no te gusto ni nada de eso, pero solo voy a estar aliviado si aceptas salir conmigo—dice, notaba una sonrisa triste en el fondo.
—Como amigos, nada más—respondí.
—Sí, normal.
—¿En dónde?
—En el restaurante  que sirven carnes deliciosas "The cow" a las cinco.
—¡Matías! Ese restaurante es caro, me niego ir ahí contigo.
—Ya pues Clarissa—se acomodó la guitarra para otro lado, pesaba—, eso ya lo tengo cubierto.
Me quedé callada por un rato—Está bien.
—Bien—dice Matías—, nos vemos a las cinco.

Al subir a mi cuarto me quedé pensando en el rostro de Matías cuando acepté, supuse que tenía que ponerse feliz pero en vez de eso su sonrisa era falsa. Si le ha pasado algo malo, se lo preguntaré en la cita.

Horas después llegó Nicole con una sonrisa enorme a mi cuarto.

—¿Pasó algo interesante cuando me fui?
—Matías me invitó a comer.
—¿Hoy? En víspera de año nuevo—ella soltó unas carcajadas.
—En una hora.
—¿En serio no te pasa nada con él?
—Ya ni sé, es demasiado insistente.
—Vete alistando, conociéndote, una hora será suficiente. Y vístete bien porque después nos iremos a una fiesta de fin de año.  
—¿Ah? ¿Y papá y Michelle?
—Tranquila, que es una fiesta chica entre los del colegio. Hablé con papá y dice que normal, ellos se van a ir a comer.
—Lo tienes todo calculado—de digo en broma.

Después de media hora de buscar entre mi ropa, escogí esto:
Ni tan formal, ni tan simple. Solté mi cabello que había estado atado con una liga, lo cepillé y dejé que pequeñas ondas bajen al final. Luego me ricé las pestañas y me puse un poco de rímel arriba y abajo, mis ojos resaltaban más y me hacía sentir culpable con lo que Matías dijo, por eso no me puse delineador.

The cow estaba a unos diez minutos caminando, al llegar dije mi nombre y pude entrar. Busqué a Matías pero no estaba. Había llegado a las cinco y diecisiete y él siempre era puntual. Estuve parada como cuatro minutos como tonta esperando a ver por lo menos una cara conocida.

De pronto sentí que alguien me tocó el hombro, volteé desprevenida. Quedé con la boca abierta, no era Matías. Él estaba sonriendo y yo seguía en estado de shock. Estaba más perfecto aún que cuando lo recordaba, llevaba puesto una casaca de cuero negra, polo blanco y un jean oscuro, si que le acentuaba ese traje.

Sin faltar algo en su mano derecha tenía una rosa roja y la subió a la altura de mi rostro.
—Creo que me olvidé de darte esto en el concierto—dice Justin gracioso.
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29 de marzo de 2012

Cap 44° "A veces ya no te entiendo"

"Cuando amas a alguien y te rompe tu corazón, no te des por
vencido. Has que la pelea empiece de nuevo."
—Sí, tú no sabes como es Renato cuando se molesta. 
—Corramos—le dije.

Así que bajamos las escaleras corriendo. Pero algo salió mal, siempre he sido torpe corriendo y más si se trata de subir o bajar escaleras. Ugh. Sentí un dolor que vino de mi pie y subió hasta mi rodilla.

—¡Clarissa!—escuché que gritaban.

Abrí los ojos. Estaba en el piso.

—¿Estás bien? ¿Qué te duele?—dijo desesperado Matías mientras se aseguraba de estar cerca mío.
—Estoy bien, ni que me estuviera sangrando la pierna entera—le dije.
—Solo cayó tres escalones, no es para tanto—dijo Nicolás—. ¿Te duele algo, Clarissa?
—El tobillo. Me voy a poner una venda.
—No, no te preocupes—dice Nicole que entra a escena—. Yo lo hago.

Llego la noche y ya era hora de que se marchen. Así que los acompañé a la puerta para despedirlos. No tengo que mentir, la pasé genial. Solamente que Matías es un poco, un poco meloso. Al comienzo se podía pasar pero ahora ya no, me abraza a cada rato y un poco frustrante si lo hace demasiadas veces.

Estaba sola, Nicole se había ido con Ryan. Ya en mi cuarto, me aseguré de no tener que mover mucho mi tobillo, el dolor ya desaparecía. Así que prendí el televisor, justo daba una película que me gustaba. Era uno de esos amores que los chicos se conocen de toda la vida pero nunca están juntos. 

Estaba distraída por la película, me faltaban mis palomitas de maíz o helado y parecía despechada. Volteo a ver mi celular y tenía dos llamadas perdidas de Justin. Ugh, ¿por qué rayos no veo el celular cuando lo necesito? Para mi suerte, ahí viene otra. Pero esta vez sí contesto.

—¿Cuánto saldo tienes? Nunca se te acaba—dije al contestar.
—Yo no veo eso, solo marco tu número. ¿Qué has estado haciendo?
—Ahora nada, hace un rato estaban los chicos.
—¿Y cómo esta Ryan?—dijo extrañado.
—No lo sé—dije—. No han venido ellos, vinieron los amigos de Matías y él. La paso bien con ellos.
—Ah, ya—lo noté seco.
—¿Por qué hablas así?
—Nada—dijo al instante y cambió su tono de voz—, ¿no estas feliz de que solo falten dos meses para que vuelva?
—No, para nada.
—¿Qué?
—Caíste—digo graciosa—, ¡obvio que si! Pero, Bieber, si me vienes con una gira más, me olvido de ti.
Escuché una risa suya—Claro que no, no dejaré que eso pase.

Me pasé hablando con Justin un poco más, hasta que Nicole llegó y la vi pasar corriendo a su cuarto. Ella entró llorando. De inmediato colgué y fui a su cuarto para ver que estaba pasando.

—¿Qué paso?—dije desesperada.

Ella estaba echada boca abajo en su cama sin parar de sollozar.

—Nada, ya nada—la escuché entre las sábanas.
—Dime—dije con una voz maternal y me senté a su costado. Estoy segura que si fuera al revés, ella hubiera hecho lo mismo.
Ella levantó su cabeza, sus ojos estaban rojos—Ryan me terminó.
Intenté poner una cara de sorprendida, sinceramente, ya lo veía venir—¿Ah? ¿Por qué?
—¡No sé!—dijo desesperada—¡Me dijo que quería un maldito tiempo! ¡Un tiempo es terminar! ¿Para qué quiere tomarse un tiempo de mí, ya no le gusto? ¡¿Por qué mierda ya no le gusto?!
—Basta, Nicole—dije y la abracé—. Ya va a pasar, siempre han discusiones.
—No, yo creo que esta vez no—me dice—. Ya no le gusto, Clarissa. En otras palabras me lo dijo. ¡Idiota!
—No digas eso, Ryan es bueno. Se habrá equivocado, pero es bueno.

Está bien, yo no soy buena con estas cosas. Nunca encuentro las palabras exactas para decir en un caso como este. Pero lo que mi corta vida me ha enseñado, es que hay una cosa que te hace feliz cuando están en depresión, helado.

Por suerte, Michele había comprado para la cena de hoy. Le llevé a Nicole ese y ella se lo comió en un dos por tres. Cuando sentí que yo sobraba en su habitación, fui a la mía.  Pensaba que ella necesitaba estar sola para pensar y darse un respiro de lo sucedido.

ººº

A solo cuatro semanas de que Justin regrese, muchas veces lo he intentado llamar pero no contesta o no tiene señal. No me hago problemas porque se que va a volver y retomaremos lo que quisimos empezar. 

Esta vez, no quise que nadie me acompañara de regreso a mi casa. Incluso Matías, que ha tomado el papel de Cole, le he dicho que no. Quería tomarme un respiro de él. La llamaba mi auto terapia, escuchar música a todo volumen y centrarme en mis pensamientos.

En eso, mi melodía de llamada invade mis tímpanos, dolió. Número desconocido, pero igual contesto.
—¿Dónde estas?
—¿Quién eres?—contesté
—Tonta, soy Matías.
—Ah, hola. En mi casa, tengo que hacer, algo urgente. Así que debo colgar.

Lo estaba evitando, no quería ir con Matías.

—Ya veo—responde—, entonces lo dejamos para otro día.
—¿Dejar qué?
—No nada, lo dejamos para otro día.
Volteo los ojos, que insistente—Está bien, adiós.

Colgué y seguí escuchando música, ya estaba llegando a mi casa. Ugh. Otra vez mi melodía de llamada, apreté contestar.

—¿Qué? —respondí aburrida.
—¿Cómo que qué? ¿Estás mal Clari? Soy Justin.
—Ah—dije un poco avergonzada—, no nada. Estoy bien. Hace tiempo que no llamas.
—Sí, lo sé—escusas de nuevo—. Tú sabes, los últimos meses de gira son los más pesados.
—Sí, lo sé—lo imité graciosa, en verdad no tenía idea.
—Ryan terminó con Nicole—solté en susurro.

Mi hermana estaba en la puerta de la casa haciendo señas raras.

—Ya sabía.
—¿Y no me dijiste? —dije con voz más baja.

—Tenemos que ir a la casa de Matías—dice sonriente Nicole.
—¿Matías? —escucho por el teléfono.

De inmediato mi hermana agarra el teléfono.
—Justin, Clarissa se tiene que ir. Adiós, ella te quiere y te extraña.

—¿Por qué tenemos que ir?
—Sólo vamos—me dijo y me jaló.

Cuando llegamos, la puerta estaba abierta. Cuando entramos me dieron una gran sorpresa.
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27 de marzo de 2012

Cap 43° "Un tropezón en la vida"

"Sin remedio, te amaré eternamente"
—¿Hola? Hola, soy Justin Bieber. Pasaba por aquí para desearle feliz cumpleaños a una chica muy especial, ella sabe quien es y espero que la pases demasiado bien. Pronto estaré ahí para saludarte como se merece.
—¿Por qué tienes que ser anónima? Vamos Justin, es más romántico si dices su nombre, ¿por qué no dices su nombre?
Él soltó una risa nerviosa.

¿Qué? ¿No lo dirás?

—Es una amiga en Atlanta, algún día la conocerán.
—Claro. Tienen que ver la sonrisa que tiene ahora—el locutor se rió—Pero bueno, los dejo con una canción del mismo, ¿Justin no la quieres presentar?
—Sí—él hizo una pausa–. Aquí va Crazy, te quiero C.

Se escuchó la canción y justo dieron las doce. Que exacto.

—¡Feliz día Clarissaa!—me abrazó Matías.
—Quítate, derecho de el que fue mejor amigo—dijo Cole y me abrazó en seguida.
—Gracias—le dije de corazón.
—Y bueno, se olvidan de la mejor amiga—Steph dio pequeños saltos—¡Feliz día!

Todos los demás me saludaron. Al rato fui con Matías al jardín. Me había acaparado pero yo no tenía problema con eso.

—Te pregunto algo y tú lo respondes—dice.
—Está bien—no siento que lo tenga que ocultar nada.
—¿Tú en serio estás en algo con Justin Bieber?—dijo inquieto.
Yo reí—Se puede decir que sí. Es complicado, no intento olvidarme de él y creo que ese es el problema. Lo extraño.
—Ah.
—¿Por qué contestas así?—le di un golpecito en el brazo.
Él me miró a los ojos y sonrió—No quiero asustarte. Mi ex también se fue de viaje y terminamos porque lo nuestro no era lo mismo cuando estábamos lejos.
—Ya, es sólo un caso Matías.
—Ella podía conocer a otros chicos, que les pueda gustar y toda la vaina. A mí igual y me arriesgo a que la espere y resulte que ya no le gusto.
—Para eso existe la confianza.
—O tal vez sea al revés, tal vez tú conozcas a alguien más y no te das cuenta lo que haces.
—No creo.

Él sonrió, tenía una llamada entrante. Se hizo a un lado y contestó. ¿Quién rayos lo llama a las doce y media?

Ahora Matías me había metido el bicho de que si a Justin le puede gustar otra chica. Porque sinceramente, yo no podría encontrar a alguien mejor que él. Eso pienso.
Fin de su narración.

Narra Matías:
—¿Ya la conseguiste?
—¿Conseguir qué?—respondí.
—La información que te pedí,
—Sí, Justin. Ella dice lo de siempre, te extraña, no aguanta más por verte, quiere que los días se pasen rápido.
—Gracias Matías, ¿y Nicole?
—No pude conversar mucho con ella, la encontré en la salida.
—Ya no te preocupes, gracias.
—Está bien, pero tú crees no que cuando se entere se moleste.
—No, no entiendo por que tendría que molestarse.
—Le estas robando algo de privacidad—reclamé.
—La estoy protegiendo.
—¿Protegiendo a ella o a ti? Deberías confiar en ella, ella si lo hace.
—Gracias por el consejo, pero se lo que hago—dice terco—. Tengo que colgar, adiós.

A un mes del cumpleaños de Clarissa, me auto invité con Renato, Nicolás y mi hermana a su casa. Estamos a punto de meternos a la piscina. Este último mes me he acercado más a Clarissa, ella es una chica impredecible y esa es su chispa. Justin me pidió que la vigile, y ahora que lo pienso no sé porque acepté. Creo que me llamó la tentación de ayudar a un famoso, por así decirlo.

Pero ahora tengo un problema, un muy grande problema.

—Hey, no te quedes ahí parado y ven—dijo Clarissa—, ¿o quieres que te tire?
—Ya voy—solté una risa.

Corrí hacia ella, la cargué y tiré a la piscina, llevaba la ropa puesta.

—¡Matías!—chilló molesta.
Yo reí—¿Qué?

Ella también me sonrió y rápido salió de la piscina. Oh, no. Va a ese sentimiento otra vez. Estoy nervioso. Pero me doy cuenta que solo era mi celular sonando, contesto, era Justin.

—¿Aló?—dije.
—¿Qué? ¿Ahora te vas?—dijo Clarissa cuando ya había logrado salir de la piscina.
—Espera tengo que contestar—dije y me volteé.
—Dime con quién hablas—dijo graciosa.
—Clarissa, no te molestes pero es personal—tuve que decirle.

Me alejé y ella se fue con Renato, odiaba tener que ocultarle que Justin está en la línea. Se que si le digo, querrá hablar con él.

—Hermano, ¿esa era ella?—dice Justin.
—Sí, si.
—Genial, ¿que hay de nuevo?
—Nada, lo mismo—dije.
—¿Seguro?
—Tienes un nuevo problema—le dije, lo estaba conteniendo por un buen tiempo.
—¡Qué! ¿Otro chico nuevo?
—No, nada de eso. Soy yo. Por tu culpa, ahora siento cosas por Clarissa.
—No, Matías. Dime que es mentira—dijo, se lo escuchaba frustrado.
Yo reí—He intentado que no sea cierto pero no lo logro. Cada vez estoy más a su lado y es porque tú me lo pediste.
—Significa que ya no me vas a ayudar.
—No—dije.
—Está bien, ya no importa.
—Significa que ahora tu eres mi competencia—afirmé.
Él se quedó callado por un momento—Sí pero no, no quiero competir contra ti. Tú me has ayudado.

Escuché que Clarissa me llamaba, ella estaba inquieta ese día. Pero opte por ir y dejar de hablar con mi amigo/enemigo Justin.

—Clarissa me llama, tengo que ir—le dije y colgué.

La tonta de Luana no había llevado ropa de baño y al meternos a la piscina se mojó todo su polo. Ella le pidió un poco a Clarissa. Las dos tuvieron que ir rápido porque Luana se moría de frío.
Fin de su narración

Narras Clarissa:
—Gracias Clarissa—dijo Luana al salir del baño con mi polo.
—De nada, ¿vamos?

—¡Hey, ya bajen!—chilló Renato desde el primer piso.

—Sí, tú no sabes como es Renato cuando se molesta. 
—Corramos—le dije.

Así que bajamos las escaleras corriendo. Pero algo salió mal, siempre he sido torpe corriendo y más si se trata de subir o bajar escaleras. Ugh. Sentí un dolor que vino de mi pie y subió hasta mi rodilla.
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23 de marzo de 2012

Cap 42° "Mi cumpleaños"

"Todo lo que necesito es amor"
—Tengo creatividad—le dije orgulloso.
—Cuando se trata de ella, sí—me dice.
Lo miré enojado—Ella saca lo mejor de mí—dije e hice una pausa—, ¿no quieres jugar play conmigo?
—Si que te hacen falta tus amigos, ¿no?
Solté una risa—Sí, mucho.
—Está bien.

Un mes y todo va como siempre, agitado. Cada día nos quedábamos menos tiempo en cada estado  y obviamente tenía menos tiempo libre. Ya estoy contando los días para poder volver y que todo sea normal, como antes. Aunque me apasiona la fama, extraño muchísimo mi casa, mi cama, mis amigo y sobretodo Clarissa.

Mañana es un día especial, su cumpleaños. Encontraré una manera de estar presente, aunque. Bob se moleste conmigo.
Fin de su narración.

Narras Clarissa:
—¿En qué tanto piensas?—dijo mi hermana al entrar a mi cuarto, pues, era viernes.
—Nada—respondí, me había quedado viendo a la nada.
—Vamos, ¿en qué piensas?

En que quiero que la inútil gira de Justin no exista.

—Nada, pienso que me estas preguntando mucho.
Ella soltó una risa—Hoy en la noche van a venir los chicos para esperar las doce.
—¿Quiénes?
—El grupo, Clarissa. Y los amigos de Matías, ¿son tus amigos, no?
—Renato, Nicolás y Luana.
—Sí, ellos. Alístate, que un rato vamos a ir a comprar una ropa nueva y bonita para la noche.
—Nicole, ¿con que plata?-cuestioné
—Es mi regalo, tonta.
—Ah, gracias—dije.

Agarré mi casaca y esperé que Nicole también este lista.  Nos tomó cosa de dos horas, solamente, escoger la ropa. Me encantó la falda, era en forma de tubo pero un diseño original con un polo ancho negro. Así:
Los chicos empezaron a llegar de uno en uno. Nicole se encargó de poner música de una radio que la verdad no me importaba. Mis papás se quedaron arriba en su cuarto, pero también querían estar ahí cuando den las doce.

Faltaban tres minutos. A la estúpida emisora de radio se le ocurre poner Eyes of honey. Gracias.

—¡Falta poco Clari!—gritó Jeremy.

Vi como Ryan, Renato y Nicolás alzaron su vaso y soltaron un salud por mí. 

—Me parece que alguien hizo un pedido—dijo Cole y subió el volumen—, me parece que alguien hizo un pedido de música.
—¿Alguien quiere bailar?—dijo Jeremy dándole la mano a Steph, ella empezó a bailar.
—Clarissa, ¿no quieres bailar?—me dijo Matías
—No, estoy bien—le dije nerviosa—. Anda tú.
—No—soltó una risa nerviosa—, baila conmigo Clarissa.
—Está bien.

Empezamos a bailar y se me venía el rostro de Justin al de Matías, le sonreía como si fuera él. Por favor Justin aparece en la puerta. No, es imposible. 

—¿Qué se siente que uno de tus amigos este en la radio?—dijo Matías.
—Raro—respondí—, ¿te digo algo?
—Dime.
—La estoy pasando bien.

No, era mentira. Por más que intentaba estar bien no podía. Estúpido Justin, arruinaste mi cumpleaños.

—Clarissa, escucha.
—¿Escuchar qué?—dije, no escuchaba más que su voz.
—Clarissa, ¡sh!—chilla Matías.

La canción ya había terminado. El locutor había hablado y escuché una conocida voz.
—¿Hola? Hola, soy Justin Bieber. Pasaba por aquí para desearle feliz cumpleaños a una chica muy especial, ella sabe quien es y espero que la pases demasiado bien. Pronto estaré ahí para saludarte como se merece.
—¿Por qué tienes que ser anónima? Vamos Justin, es más romántico si dices su nombre, ¿por qué no dices su nombre?
Él soltó una risa nerviosa.

¿Qué? ¿No lo dirás?
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22 de marzo de 2012

Cap 41° "Esto es raro"

"Estoy tratando de ser una mejor persona"
Al no tener éxito con la televisión, subí la lap top a mi cuarto. Nicole ya estaba tomando una siesta tirada en el living. Al ver noticias me encuentro con algo relacionado a mí. El vídeo más visto ayer en YouTube. Never let you go. Lo que esperaba.

Lo vi y los celos se me salían hasta por las orejas. La chica se movía como loca para llamar la atención de Justin. Qué producción barata, ¡ni siquiera tiene los ojos miel! Respiré y agarré el dije en forma de C él me había regalado. Tranquila, Clarissa. 

Se pasaron rápido las clases. Es salida y me voy con Stephany al patio. Ella me sigue insistiendo si voy a hacer por mi cumpleaños. No tengo ganas de nada, es decir, de preparar algo. Si ella organizara una fiesta no me caería mal.

Hola preciosas—dijo Jeremy al acercarse, él venía con Ryan y Cole. 
—Hola Jeremy—dije—. Que rápido has llegado, Cole.
—Tengo que ver a Rebecca—dijo y me echó una sonrisa.
—Clarissa, ¿no has visto a Nicole?—preguntó Ryan sin verme a los ojos.
—Debe estar con Rebecca—respondió Steph por mi que había estado callada.
—No creo—dice Cole—, Rebecca está viniendo hablando por teléfono.
—Hola muchachos—dijo Rebecca al alejar el celular de su oreja—. Hola chico lindo—le dice a Cole, él le lanza una mirada y le besa la mejilla.
—Clarissa—dice sonriente—. Justin esta al teléfono, quiere hablar contigo—me entrega su celular.

Me alejé de ellos un rato, pensaba en que la última llamada con Justin no fue agradable. Tomo aire, y contesto.

—Hola Justin—digo amigable.
—Hola Clari, ¿cómo estás?
—Que raro que me llames, estoy bien.
—Me di un tiempo para llamarte—imaginé su sonrisa.
—Y primero hablas con Rebecca—dije en broma.
—Qué resentida—soltó una risa nerviosa.
—Solo bromeo, está bien Justin.
—Por eso me gustasconfesó y al escuchar eso no pude evitar sonrojarme—, ¿no quieres saber algo de mi?
—Me parece raro que digas eso. Escuchar decirlo—confesé yo también.
—Sólo espera cuatro meses más, Maslow. Luego lo escucharás tanto que no vas a querer que lo diga.
—Cuatro Bieber, nada más—respondí.
—Tengo que colgar, Bob me matará—dice—. Adiós, te quiero Clari. ¡Me gustas mucho!
Reí—Chau Justin, también te quiero.

Al regresar al círculo que habían hecho los chicos, todos seguían ahí. Matías había llegado con Nicole del salón. Rebecca pidió ir a Pinkberry y los que pudieron la seguimos. Yo no tenía ganas así que fui a mi casa a estar en mi cuarto y escuchar música.
Fin de su narración.

Narra Justin:
Regresando de una entrevista de radio se me ocurrió una gran idea. No podía evitar sonreír como idiota y Bob se dió cuenta así que le conté. Él será estricto pero la mayoría de las veces que no está mi papá, él hace como uno.

Ya en mi cuarto, ponía a investigar acerca de lo que quería hacer. Bob entra.
—Gracias por tocar—le digo.
—De nada—responde—. Solo quería decirte que me sorprende lo que estás planeando.
—¿Tú crees que este bien?
—Es muy considerado de tu parte.
—Tengo creatividad—le dije orgulloso.
—Cuando se trata de ella, sí—me dice.
Lo miré enojado—Ella saca lo mejor de mí—dije e hice una pausa—, ¿no quieres jugar play conmigo?
—Si que te hacen falta tus amigos, ¿no?
Solté una risa—Sí, mucho.
—Está bien.
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¿Qué estará tramando? Tururuuuun.
El capítulo es demasiado corto, sorrrrrrrrry :(( Pero en un rato les llega otro ;)

20 de marzo de 2012

Cap 40° "Otras opciones"

"La distancia es un desafío, pero no imposible"
—Ryan tengo que colgar, vigila a Clarissa de cerca.
—Yo igual—lo escuché fastidiado—, acabo de ver a Nicole. 

Otro chico nuevo. Odio que todos le echen el ojo a Clarissa y que ella sea tan buena con todos. Debería ser cortante a veces. Tengo que hacer algo ya. Y sé exactamente lo que ouedo y tengo que hacer.
Fin de su narración.

Narras Clarissa:
—Gracias, el jugo está rico—le dije a Matías al pasar mi último sorbo de la bebida.
—Lo sé, siempre vengo a este lugar. ¿Nos vamos?
—Sí, ya tengo que regresar a mi casa.
—Te acompaño—me dijo—, estás de camino.
—Vamos.

Caminando hacía mi casa hablamos más que en el restaurante. Pensaba que Matías era un niño rico con dinero y engreído, pero no. Es muy servicial y detallista. No es que me guste, solo la paso bien con él. Puedo bromear sin ninguna preocupación.

Al entrar a mi casa busqué a Nicole. Ella estaba en el living con la laptop en el sillón. Me tiré a su costado. Estaba cansada de tanto caminar.

—¿De dónde vienes?
—Con Matías, tomando jugo—dije cansada.
—Ah, ¿nada con él no?—preguntó mi hermana.
—No—respondí rápido—. Pero es que Justin—paré ahí al pensar en él.
—¿Justin qué?
—Últimamente no me hace caso—confesé.
—Clarissa, las relaciones a larga distancia casi nunca duran mucho, si es que eso se le puede llamar a lo que ustedes tienen.
—Gracias por subirme los ánimos, siempre tan considerada.
—Cállate—ella también calló por un rato. Luego sonrió de oreja a oreja—. ¡Tu cumpleaños es en un mes! ¿qué piensas hacer?
—Nada. Sólo es un año más.

Está bien, no quería nada porque no estaba Justin.

—No, no es un año más—dijo Nicole con la exaltación que se identifica—. Todos los años son importantes.
—No quiero hacer gastar mucho a papá y Michele, a lo mucho me iré a Texas.

No me había puesto a pensar sobre mi cumpleaños, últimamente no tengo la noción del tiempo. Estoy pensando en hacer una reunión con algunos amigos, algo especial y solo con los "especiales" y me gastaré la plata en conseguir pasajes para que mis amigos de Texas vengan. Sería divertido mezclar Texas con Atlanta.

Ya echada en mi cama pasando los canales de la televisión para encontrar algo que ver. Mi celular vibró. Tuve una pequeña esperanza que fuera Justin así que lo acerqué hacia mí. Número desconocido. Igual, atendí.

—¿Hola?—atendí en voz baja.
—¿Clarissa?—dijo la voz al lado de un teléfono—Soy yo.
—¿Quién yo?—dije un poco seria, tenía en mente quién podría ser.
—¡Clarissa! Soy Justin—dijo.
—Ah—hice una pausa para pensar en lo que decía—, ya no se me hace tan común tu voz.
—Lo siento preciosa, no he tenido tiempo.
—Ya no te preocupes—dije.
—Necesito contarte algo importante. Pero quiero que te relajes.
—¿Algo nuevo?—dije fastidiada—Siempre es lo mismo, que te fue bien en tal estado, que hay más fans, nada nuevo.
—Eyes of honey va a sacar un video—dijo rápido y lento al final como esperando mi reacción.

Respira Clarissa. Inhala, exhala. No dejes que los celos te invadan. Y qué si es otra chica la del video, sabes que él te quiere a ti. Intento darme fuerzas, no estoy volviéndome loca. 

—Que bien, Justin. Me alegro por ti—respondí calmada—. Solo espero que seas buen actor.
—Me alegra que no te molestes—soltó una risa nerviosa—. Pero eso no era lo importante. Bueno, es importante pero no tanto como lo otro.
—Pero dilo de una vez.
—Bueno, tal vez no te guste—él se quedó callado.
—Cuéntame de una vez Justin—estaba perdiendo la paciencia.
—Es que—hizo la pausa de nuevo—, la gira se aumentó a solo un mes más.

Me dió un tick en el ojo. Un mes más. Sólo un mes más. Quiero tener a Justin cerca, solo para darle un puñete ahora mismo.

—Un mes más, es que ni siquiera puedo con tres. Creo que empezaré a tratar de olvidarme de ti Justin, será lo mejor—dije.
—¡No!—gritó rápido que tuve que alejar el teléfono—No te vayas con ese chico nuevo Matías. Con él no.
—¿Qué? Justin, Matías solo es un amigo. Hasta tú lo conoces.
—Ah, ese Matías—soltó una pequeña carcajada—. Entonces, olvida lo que dije.
—Ya me estoy cansando Justin, lo que te dije hace un rato en verdad lo estoy considerando.
—No, no lo consideres—dijo exaltado—. Te prometo que haré algo.

Ahí iba otra promesa más. Ugh.

—Ahora tengo que irme—me dijo—. No pienses más Clarissa, haré algo. Lo prometo. Adiós, te quiero.
—Adiós, igual yo—dije sin sentimientos.

Esa llamada en vez de animarme me bajó todo el día. En un mes pasan muchas cosas, pienso en la pequeña posibilidad que sea una broma. Pero conociendo a los ambicioso que es Bob, lo veo poco probable.

Al no tener éxito con la televisión, subí la lap top a mi cuarto. Nicole ya estaba tomando una siesta tirada en el living. Al ver noticias me encuentro con algo relacionado a mí. El vídeo más visto ayer en YouTube. Never let you go. Lo que esperaba.

Lo vi y los celos se me salían hasta por las orejas.
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 Holaaaa, ¿como están?
Yo no muy bien, no estoy como para escribir como notaron en la entrada. Es muy cortita. Supongo que se me pasará.
Que tengan buen día (que formal) jaja.
Chaoooo.