Cap 33° "Solo es un adiós"

"Ojalá hubiéramos tenido una mejor despedida"

Él se sentó a mi costado—Hagámosla fácil—se puso a centímetros mío—, yo se que tú me necesitas como yo a ti. Pero, si tienes la fuerza de rechazarme ahora te dejaré seguir.

Estaba loco. ¿Cómo decirle que no después de el beso en el backstage? Empecé a acercarme, en verdad lo necesitaba.

—No, no, no—pensé en voz alta—. ¿Crees que puedes jugar con mis sentimientos? Pues no.

—¿A qué te refieres?—dijo un poco lento.

—No te hagas el tonto, sabes que no rechazaría un beso tuyo después que el de esta noche.

Él escondió su sonrisa—Pero te negaste Clarissa—abrió sus ojos de manera que su color resaltó—y no intento nada.

—¡Basta justin!—dije y me puse para el lado opuesto a él—No me intentes seducir más.

Justin soltó unas cuantas risas—Está bien, pero ¿estás segura de que no quieres?

—Nada segura, pero supongo es lo mejor para nosotros por ahora—digo no muy convecida.

—Como quieras Clari, ten en cuenta que te estaré llamando todos los días.

—Me parece muy bien señor Bieber. Y gracias por el collar—sonreí.

Llegamos a mi casa quince minutos antes de las doce, Justin quería impresionar a mi papá. Pero antes de entrar nos quedamos en la puerta, sabía que después de esto no lo iba a ver cara a cara por seis meses. Nos quedamos mirando por un momento, sin hablar.

—Te quiero muchísimo—le dije.

—¿En serio no quieres ser mi novia?—insistió, que romántico Justin.

—Si quiero, pero no debemos—dije y lo abracé fuerte.

—Bésame Clari—me susurra—, quiero despedirme bien de ti.

Me alejé lentamente de él, luego lo miré a los ojos con pena. Arrugué un poco los labios y  lo agarré del cuello. Me acerqué a sus labios y los pegué contra los míos para sentir la calidez. Por un momento no los movimos pero Justin los empezó a mover. Yo no.

—Vamos Clarissa—me dice—, sé que quieres.

Está bien, sí quiero. Así que empecé a moverlos y quedamos así por un rato más. Justin se alejó de mí por un momento pero yo por impulso lo acerqué de nuevo. Si lo besé, tenía que asegurarme que se acuerde de ese beso por un largo tiempo.

—¿Y eso qué fue?—me dijo cuando lo deje de besar.

—Sólo un adiós, espero que todo te vaya bien. Te voy a extrañar mucho.

—Y yo a ti, te quiero. Te quiero como no tienes idea Maslow—respondió y se alejó.

Lo último que hizo fue dar una señal de adiós con su mano y se subió al carro. Al entrar estaban Nicole y Michele que me obligaron a contar todo, felizmente que mi papá ya estaba durmiendo.

El día siguiente, ya me había levantado y hecho unas cuantas cosas. Por la tarde me llegó una llamada, era Justin.

—Hola Maslow, te dije que te iba a llamar.

—¡Justin! ¿Todo bien?¿Dónde estás?—pregunté con alegría.

—Ahora estoy a punto de subir al avión para ir a Nueva York, deséame suerte—imaginé su sonrisa.

—Suerte, Justin. ¿En qué parte de Nueva York vas a dar tu concierto?

—Clari, ya tengo que subir. Hablamos más tarde, linda—dijo.

—Está bien—respondí—, chau. Cuídate—colgué el teléfono.

Decepcionada de la duración de la conversación miré la pantalla de mi celular. Tenía un mensaje de Cole, quería hablar conmigo para arreglar las cosas. Ya había pasado tiempo así que acepté, él vini a mi casa y nos sentamos en la sala como siempre.

—¿Estamos bien?—pregunta.

—Supongo que sí.

—¿Los mejores amigos?

—No lo sé—le digo—, no hablamos mucho los últimos días.

—Cla-Clarissa—dijo tartamudeando—déjame aclararte algo pero no me interrumpas.

—Está bien.

—Tú tú sabes que me gustas mucho, bueno recién. Nunca me atreví a decirte lo que sentía porque Justin siempre se metía al medio de nosotros, y ahora que él no está podemos intentar algo. Mira, yo te quiero y tú, tú no sé pero yo estoy dispuesto a estar contigo pase lo que pase—se reveló el más descarado

—Cole, ¿te volviste loco?—reí demasiado.

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