9 de febrero de 2012

Cap 20° "Juegos, juegos y juegos"

—Me molesta, ese beso. Nunca tuvo que pasarse me salieron las palabras de la boca.
—¿Por qué? —siguió preguntándome 
—Quería que nuestro primer beso sea especial y no un simple juego—me sentí un poco aliviada al decirle, pero mis cachetes se pusieron rojos.
—Eres una tonta.—Au. Ese tonta si que me dolió.—Luego arreglamos eso, ¿si? Vamos.

Él me extendió su mano. Yo no dejé que me tirará a la piscina, yo sola me metí. Todos estuvimos ahí un largo rato pero nos dio hambre, así que salimos para comer algo.
Fin de su narración.

Narra Cole:
Fuimos a comprar algo de comer como snacks o algo parecido a una tienda cerca de por acá. Estábamos yendo como que en parejas, éramos ocho y no alcanzábamos en la vereda. Nicole y Ryan iban adelante, luego Jeremy y Steph aunque parecía que no se hablaban mucho, adelante mío estaban Clarissa y Justin y que al parecer se la estaban pasando bien, y al final estaba Rebecca junto a mí.

 —¿No sientes que no encajamos? —por lo menos yo lo sentía así.
—¿Cómo es eso?
—Sí, como que somos la "sobra"—me quise explicar mejor—. Veras, todos ellos están como que en algo con cada uno de ellos menos nosotros, y me siento un poco presionado.
—Yo no—sonrió—, no tenemos porque estar juntos solo porque sobramos, aparte yo sé que te gusta mucho Clarissa.
—No, no es que me guste tanto. Solo es mi mejor amiga—digo para que no piense eso, no quería que todos lo sepan.
—Ese tema de mejores amigos siempre termina siendo en amor, a menos que uno de los dos se niegue por completo—dijo.
—¿Y a ti te gusta alguien?—pregunté esperando no ser el único rechazado del grupo.
—Pues, sí. Pero no está aquí.
—En ese caso todo bien, y no seremos pareja porque sobramos.
Ella esbozó una sonrisa—Claro.
Llegamos a la casa de Justin, ya se estaba haciendo tarde.

Estábamos en la sala. Clarissa propuso un rato juego de Texas, “Toma y sálvate”. Era algo como “Yo nunca” pero sin alcohol. El castigo era tomar una mezcla de elementos, la cuál sería horrible, en vez de alcohol. Solo había una regla: ser sinceros. La bebida de castigo la hicimos Clari y yo, le pusimos salsa de tomate,  chicha, agua, limonada, una cucharada de azúcar y una pizca de sal. El color era realmente feo.
Fin de su narración.

Narras Clarissa:
Jugar “Toma y sálvate” me pareció aburrido con ellos, me parece que cada uno escondía algunos secretos y no fueron sinceros. En Texas parecía divertido. Pero, lo que realmente fue horrible fue el menjunje que hice con Cole.

Después de acabar la bebida de castigo, fuimos de nuevo a la piscina. Eran como las cuatro de la tarde. Nosotros solo estábamos hablando y vimos una camioneta grande que se estacionó en la casa del costado.

—Genial—dijo Cole con una cara de asco. 
—¿Qué paso? —preguntó Nicole.
—Tenemos vecinos—respondió.
—Ah, espero que sean lindos—dijo Stephany muy emocionada. 
—No más papis que yo—dijo Jeremy, supongo que celoso.

Ellos bajaron, eran tres chicos, una chica y sus padres. Los chicos no estaban tan mal. Uno era alto, rubio y tenía rulos con cabello corto. El otro tenía los ojos achinados, lacio, cabello negro, supongo que de descendencia asiática. El último, y el que más me impresionó, tenía el cabello castaño y ruloso. No sé que tengo con los castaños. Por último, la chica se parecía a él, solo que era rubia.

—¿En qué piensas?—me pregunto Justin, viéndolos me había perdido en su conversación.
—¿Qué de qué? —contesté.
—Si te parece bien ir mañana a la isla de lago.
—Sí—no podía mirarlos, estaba concentrada también en lo que hacían los nuevos vecinos. 
—Ok, Clarissa—me dijo Ryan—. Creo que ya todos sabemos que te gustan los nuevos vecinos.
—Ni siquiera sé cómo se llaman.
—Ni siquiera lo negaste—siguió.
—Bueno—paro Cole—, mañana vamos a la isla.
—Sí—dije sin parar de mirar donde estaban los vecinos, estaban sacando sus maletas de la camioneta.

Ya era de noche, como las nueve. Nos habíamos movido al patio trasero donde se podía ver el lago porque los chicos ya se habían aburrido de hacer nada en el mismo lugar, y me incluyo. Así que Nicole propuso otro juego, era uno de trabalenguas.

Ok, debo admitir que no soy nada buena con los trabalenguas. Y perdí, ahora tenía que cumplir un castigo. Trágame tierra. No debí haber mirado mucho a los vecinos porque Nicole me dijo que mi reto debería ser ir donde está su casa, saludarlos y pedir su número. Justo ellos habían salido al patio de su casa.

Después de unos diez minutos de intentar no hacer el castigo, me paré de mi silla. Miré donde estaban ellos. Me moría de vergüenza, no sabía si eran de esos chicos que se creen la gran cosa y te tratan malísimo. Ya estaba avanzando para donde estaban, era cerca. Ya los podía mirar bien. El chino tenia ojos marrones, el gringo los tenia celestes y el castaño los tenía marrones y la chica también.

—Hola—dije con una voz chiquita—, ¿puedo pasar?
Había una pequeña reja para pasar al patio y me paré al costado de ella.
—¿Por qué? —dijo el chinito, su voz era grave.
—Es que—dije tímida sin saber que decir.
—Déjala pasar, no va a hacer nada—dijo la chica con una sonrisa.
Yo pasé. Las manos me sudaban.
—Perdí un juego y me pidieron que venga hasta acá a pedir tu numero—dije mirando al rubio.
—Bruno, dale tu número—dijo el de cabello castaño.
—Apunta—me dijo "Bruno" que estaba sentado en el jardín cerca del lago.
—Espera un rato—le dije mientras sacaba mi celular.
—Está bien.
—Genial—le dije con una sonrisa.
Bruno me dio su número, ellos sí parecían amigables.
—Gracias—dije mientras me iba donde estaban los demás.
—¿Por qué no te quedas un rato? —me ofreció el chino
Lo pensé bien, ¿por qué no? —Está bien.
—Ven, siéntate—dijo la chica y me jalo una silla.

Era un poco extraño, ni siquiera sabía sus nombres y ya estaba bien cómoda en la silla. Junto mío estaban la chica y el chino. Frente mío el castaño y a su costado se sentó Bruno. En medio  de

—Me llamo Clarissa. Clarissa Maslow—dije para romper el hielo—, soy de Houston, Texas.
—¿Texas?—preguntó el chino—¿y qué haces por acá?
—Ahora vivo acá, en Atlanta.
—Tiene más sentido—me sonrió el de cabello castaño—. Yo me llamo Matías y él es Renato—dijo mirando al chino.
Les sonreí a los tres.
—Yo soy Luana—dijo la única chica que había aparte de mí.
—¿Y cómo se conocen?
—Vivimos en la misma calle—dijo Matías.
—Eres muy linda, ¿sabes?—dijo de repente Bruno.
Me sonrojé—Gracias.
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;);) sorry, no hay imagen. las quiero.

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