16 de septiembre de 2013

Cap 82º "No es fácil decir que no"

—¡Mira lo que has hecho!—dije indignada y todavía no procesaba con quién estaba hablando.
—Yo...lo siento Clarissa, sólo quería darte una buena impresión, pero no cogiste el vaso y...
Oh no, se había metido con mi vestido favorito.—¿Buena impresión? Esta es muy mala impresión, Justin. Piensa primero y luego actúa.—Hice un pequeña chillido de berrinche.—¡Mira mi vestido!
—Hablemos de esto en un lugar más tranquilo, ¿quieres?
—No, no quiero.—dije, estaba demasiado fastidiada. Ese enfado también era mi perfecto camuflaje para ocultar la vergüenza que sentía por estar hablando con él después de mucho, sin mencionar la carta.—Lo único que quiero es ir al baño, permiso.
Él me agarró fuerte del brazo.—Hey, en verdad quiero ayudarte.
—Ayudas alejándote de mi, Justin.—dije y luego volteé para mirarlo a los ojos—En todos los sentidos.

Me fui corriendo al baño, que a decir verdad no estaba tan lejos. No quería que me viera mal, ni mucho menos que vea mis lágrimas caer. Odié ser ruda con él, pero es evitarlo o que vea que estoy sufriendo sin él. 

Felizmente que no había nadie en el baño y pude entrar rápido. Me miré al espejo, había una mancha en el medio de mi vestido que se podía notar a metros de distancia y el rímel se había corrido un poco, parecía un mapache. Era un desastre.
Después de unas cuantas lágrimas de decepción, me rendí. Decidí arreglar mi maquillaje poniendo un poco de agua abajo de mis ojos para que se vaya el color negro. Me sequé la piernas que estaban mojadas debido a la bebida y mojé mi vestido un poco para que se difuminara un poco el color. Al mirarme al espejo, noté que estaba un poco más presentable que cuando entré. Finalmente revisé mi celular, tenía dos llamadas perdidas de Cory y un mensaje, con todo ese sonido no había escuchado sus llamadas, «¿Qué tal te va amor? Contesta tu celular.» Sinceramente, no tenía ganas, así que lo guardé como si no lo hubiera leído.

Cara contenta, postura en alto y autoestima alta. Abrí la puerta del baño. La fiesta seguía igual. Unas cuantas personas bailando y otras tomando en una esquina. Pero de primer plano, estaba Justin, sonriente. Al verme, se acerca.
—Clarissa, a mi no me mientes. Te conozco tanto como para notar que te sientes mal.—me dijo—Vine hasta acá sólo para hablar contigo, para hacerle caso a mi corazón, ¿te acuerdas?
—No me acuerdo Justin y ya deja de arruinarme la fiesta, quiero estar lejos de ti.—le dijo, mi postura en alto se deshizo.
—Yo no.—se quitó su casaca y la puso en mis hombros.—¿Puedo abrazarte?—me susurró
Cerré los ojos y suspiré.—¿Por qué me haces esto? Si sabes que sí.
—No quiero incomodarte.
Solté una carcajada.—¿Incomodarme? Me incomodaste desde que de vi.
—Como quieras.—el tono comprensivo de Justin se había ido.—Vamos a hablar a un lugar tranquilo.
—¿Dónde?
—¿Me sigues?—extendió su brazo hacia mi y sonrió, al parecer su tono solo fue para asustarme.

Salimos de la casa y Justin se dirigió a un auto, el cual supuse que era suyo, él ya tenía la edad de manejar. Abrió la puerta del copiloto y cuando me senté la cerro. Después de unos segundos él estaba en el asiento del conductor.
—¿Es tuyo el carro?
—No,—dijo poniendo la llaves en el agujero—es de Fredo. Me lo ha prestado por hoy.
—Ah.—dije como si hubiera entendido, ni idea de quien es Fredo

Después de que el maneje un rato llegamos a la puerta de un hotel cuatro estrellas, You are inn, nombre poco original. 
—¿Un hotel? Tu lugar más tranquilo, es un hotel.—dije indignada
—Estos días prefiero llamarle mi casa, aquí es dónde me hospedo.
—Ah.—dije, ahora un tanto avergonzada—¿Y cómo se supone que entremos? Si tanto te cuidas que no te vean con ninguna chica, ¿cómo se supone que yo entraré sin que te fotografíen conmigo, ah, niño inteligente?
—Entramos por el sótano y nos encontramos en la azotea. ¿Te parece?
No le respondí, solo salí del carro.

La azotea estaba vacía, a una esquina tenía una piscina grande, mesas y sillones al rededor. Justin estaba sentado en uno de ellos y me acerqué para sentarme junto a él. Todo era tan raro.
—Ya estoy aquí, ¿qué me quieres decir?—le dije
Él se quedó mirándome un rato.—Tranquilízate, Clarissa. Vamos respira profundo y luego exhala, ya no estés a la defensiva.
Cerré los ojos he hice lo que él me dijo, luego los abrí de nuevo.—Listo. ¿Ahora si me puedes decir qué quieres?—dije con una voz tranquila
Él sonrió y sacó un papel de su bolsillo. Era la carta.—Tú escribiste esto hace un tiempo, ¿verdad?
Yo me quedé callada, no sabía que decir.
Sí, ¿sabes? Sí te quiero. Te quiero y mucho, ni siquiera lo sabes. Este tiempo...
—No, no quiero que la leas—lo interrumpí al escuchar lo que un día yo escribí—. Ya sé lo que dice en la carta, me acuerdo perfectamente. ¿A qué rayos quieres llegar?
—¿Sigues sintiendo lo mismo que ese día? Ósea, ¿sigues queriéndome y mucho?
—Justin, daría lo mismo que te diga sí o no. ¿Para qué quieres saber? ¿Para burlarte de mi? Felicitaciones, me superaste primero que yo a ti, ¿feliz?
—Hey,—se acercó un poco más a mi y con su mano rozó mi cachete—tranquilízate. No quiero burlarme de ti. La que se debe burlar de alguien eres tú, yo si te sigo queriendo. Más que antes.
Mi corazón cada minuto latía un poco más fuerte y tenía que parar, no se me ocurrió otra cosa que evitar las perfectas palabras de Justin.—¿Y?
Su sonrisa se desvaneció.—¿Y? Y, vine hasta acá para quedarme contigo porque en todo este tiempo me di cuenta que sufro más estando sin ti. Quiero estar de nuevo a tu lado, Clarissa.—él rozó su nariz contra la mía.—¿Qué dices?

Traté de decir un «yo no» como respuesta. Traté. Al abrir mis labios, quiero creer, Justin entendió mal y me besó. Mi error fue no tratar de que ese beso pare, pero no pude. Todos mis sentimientos habían regresado como si nada hubiera pasado y como si estuviéramos un día después de su fiesta de dieciséis. Realmente lo necesitaba.

Nuestro beso no planeaba acabar, no planeábamos hacerlo, bueno, yo no planeaba hacerlo. Pero mi celular sí. Escuché la melodía especial para Cory. Mierda, Cory.  
—No puede ser.—dije en una de esas veces que Justin me dejaba respirar.
Él se separo de mi.—¿Quiéres contestar?
—Sí, es urgente.—dije un poco avergonzada
—Okey, dale preciosa.—me dijo. Sonaba tan lindo de su boca que me llame preciosa como lo hacia antes, pero tambien la culpabilidad me mataba por dentro.

Marqué el número de Cory ya que él de seguro me había dejado de llamar por tantas veces que intentó. Ni bien el celular timbró una vez, contestó.
—Hola mi amor.—dice alegre—¿Qué has estado haciendo?
Ese mi amor fue una punzada a mi corazón. Mientras que Justin me tocaba mi cabello y sonreía, era una mezcla de sentimientos.—Ho-hola bebe.—dije un poco sin saber que responder, aterrada porque luego sepa, o por como reaccionara Justin.—¿No te dije que ne iba a una fiesta con mi hermana y sus amigos?—Justin se había alejado de mi y se había puesto de pie, ya no estaba mirándome.
—No, no me acuerdo. Y si me lo dijiste no me acuerdo, al escuchar tu voz todo se me olvida.—él se quedo callado por unos segundos, tal vez pensó que le iba a responder algo como que lindo me encantas, como se debe pero no tenía ganas.—Es una fiesta muy callada, no escucho la música.
Me quedé mirando a Justin, él por fin había volteado a mirarme a los ojos.—Si, es que estoy en el baño. Bebe, voy a colgar sino Nicole se va a enojar, dijo que quería pasar esta noche conmigo. Mañana te llamo, ¿si?
—¿En verdad? Bueno, si es tu hermana no hay nada que hacer. Diviertete, pero no tanto que te estoy observando, tengo ojos en todos lados bebe. Duerme bien y de prefe...
—Okey, entendí. Buenas noches bebe.

Ni bien colgué me paré del asiento y fui directo a Justin, no sabía que hacer, abrazarlo o quizas besarlo de nuevo. Así que solo me quedé parada mirándolo a los ojos, los que hacian que mi vergüenza crezca más.
—Dos preguntas.—me dijo haciendo el número dos con sus manos, las cuales estaban temblando.—¿Cuándo te volviste tan mentirosa?
Solté una pequeña carcajada para sacarme la presión de encima.—Justin es que cuando es....
—No. No respondas.—él abrió y cerró los ojos rápidamente.—Era para sacar la tensión. Pero, ¿por qué no me contaste? ¿O simplemente me respondías con un no?
—Lo-lo intenté.—tartamudeé, estaba un poco nerviosa. Pero no sé como se me ocurrió algo muy inteligente.—Es difícil, ¿sabes?
—¿Cuán difícil puede ser un “no Justin, no”?
—Muy difícil. Mira, tú ya sabes que yo tengo novio, el mismo Cory. Ósea, para tu moral estaría mal besarme porque soy la chica de otro chico. Pero,—me pegué lo más posible a él y rodeé mis brazos con en su cuello hasta que nuestros labios quedaran a medio centímetro—¿me dirías que no?
—Claro que no.—me dijo y me besó, estaba en lo cierto, él me necesitaba igual que yo

Fue algo incómodo cuando empezamos a caminar mientras seguíamos besándonos, solo que Justin se me acercaba más y lo único que podía era retroceder. En eso, ya no siento más piso. Sí, nos caímos a la piscina. Al salir a la superficie los dos estábamos riéndonos de lo que había pasado. Mi vestido estaba doblemente arruinado, pero no importaba. 
No importó hasta que me di cuenta que no éramos los únicos en la terraza, había entrado alguien más y estaba aplaudiendo por la escena que habíamos hecho.
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hola chicocas, espero que hayan tenido una bonita semana. Como se han dado cuenta, en capítulos anteriores no había puesto a lo que mi saludito al final, no había tenido tiempo :) Bueno, ahora lo hago.
Si se han dado cuenta he estado agregado a lo que "palabrotas" en uno que otro capítulo para darle más énfasis pero no me acostumbro todavía jajaja.
Cuídense muchooo! besitos.

1 comentario:

Por fi comenta :) me darás más ánimos para escribir. xx